sábado, 5 de febrero de 2011

Barcelona golea 3-0 al Atlético de Madrid.


Para vencer al Altético de Madrid el F.C. Barcelona no necesitó ni de Iniesta, ni de Xavi, ni de Pedrito, ni de Villa, ni de Alves. Le bastó con tres acciones de Leo Messi y con la ayuda de una endeble defensa rojiblanca. Nada más.

En el minuto 16, el argentino recorrió toda la frontal del área hasta que encontró el hueco justo en la zaga colchonera. Su tiro con la zurda entró en la portería de David de Gea. En el 27, recogió el intento de rechace de Antonio López para volver a batir -sin dificultad alguna- al guardameta. Y a falta de 12 minutos, en una acción de fe de Villa, se aprovechó de otro intento de rechace -esta vez de Godín- para hacer el tercero.

El partido del Camp Nou entre el Barcelona y el Atlético no dio mucho más de sí. Pero porque el Barcelona no quiso. O eso pareció. De hecho, el equipo de Guardiola nunca dio la impresión de querer ahogar al Atlético. Desde el inicio supo que no tenía que hacer más que tocar y tocar para que las carencias del equipo de Quique Flores afloraran por sí solas: su línea medular ni da balones a los delanteros -al Camp Nou saltó solo a Agüero- ni los roba y su defensa tiembla cuando se asoma por sus terrenos un delantero de la enjundia de los Messi, Villa y Pedrito.

Ni siquiera tuvo que tocar con verticalidad para tumbar al Atlético. Prueba de ello fue la escasa presencia que tuvieron en el choque hombres como Andrés Iniesta y Xavi Hernández. El hecho de haber resuelto el partido en tan poco tiempo y de no sentir amenaza alguna en la soledad del Kun Agüero en la delantera rojiblanca hizo que diera la impresión de que el Barcelona quería más bien ganar y guardar la ropa.

Pero el equipo de Guardiola no ganó el partido del Camp Nou por los muchos errores -sobre todo fuera del campo, en el ámbito de la planificación- del Atlético, sino por su enorme potencial. Porque no hay que olvidar que con su victoria ante el equipo rojiblanco los de Guardiola no solo volvieron a distanciarse en diez puntos del Real Madrid -que este domingo recibe a la Real Sociedad- sino que pasó a la historia con un nuevo récord, el de victorias consecutivas en la Liga. La antigua marca, de quince partidos, la tenía antes el Real Madrid de la temporada 1960-61, que tenía en el campo jugadores como Di Stefano, Gento y Puskas. Palabras mayores.

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